GESTIÓN DE LAS EMOCIONES. LA TRISTEZA


John Meyer, Psicólogo de Yale y padre del concepto Inteligencia Emocional (popularizado por Goleman) dice:

"La persona emocionalmente inteligente tiene habilidades en tres áreas:


Identificar emociones
Entender emociones
Regular emociones"

Foto Shutterstock


Las emociones son una reacción afectiva a un suceso del ambiente. 
Su función es adaptativa. Regulan el equilibrio de nuestra psique. 

Supervivencia en estado puro. 

Sin emociones los seres humanos se habrían extinguido hace muchos siglos. 

Imagínate por un segundo que nuestros antepasados no tuviesen miedo <El miedo responde de tres formas: Huida, bloqueo, afrontamiento> y se encontrasen frente a frente con un depredador y no sintiesen esta emoción. No reaccionarían ante el peligro. El resultado sería la muerte con toda probabilidad. 


Sin embargo al activarse esta emoción, la respuesta instintiva sería correr o si disponemos de los medios necesarios enfrentarnos  al depredador para salvar nuestra vida. 



Sentir, forma parte de nuestro ADN. Las emociones están ahí para hacernos evolucionar y salvarnos. 

Su gestión óptima eleva nuestra inteligencia emocional. Esto nos permite entablar relaciones interpersonales más saludables y ecológicas al poder reconocer las emociones de los demás, empatizar con ellos o alejarnos si vemos que nos van a dañar.



La inteligencia emocional nos ayuda a tomar mejores decisiones y mejora nuestro estado psicológico. 

Lamentablemente en la llamada sociedad del "bienestar" nos han hecho creer que debemos sentirnos alegres siempre. 

Lo que se conoce como un seudo estado de felicidad interna no es más que una incitación e invitación a la búsqueda constante y compulsiva de placer basada en el tener y no en el SER. 

De esta forma nos someten mejor y seguimos alimentando la máquina del capitalismo voraz. 


Esto se ha trasladado a los seres humanos. Muchos coleccionan agenda de contactos para alimentar el ego. 

Cuánto más tengo más soy 

NO PODEMOS ESTAR ALEGRES TODOS LOS DÍAS. Si lo estamos tenemos una patología. Un síndrome de Angelman, por ejemplo. 

La felicidad consiste en aceptar  quienes somos y lo que nos ocurre.  Y en ese quienes somos debemos tomar conciencia de que tenemos diferentes estados de ánimo; debemos saber gestionarlos y autorregularlos para que no se conviertan en crónicos. 

No hay emociones positivas o negativas. Solo emociones. Están ahí para ayudarnos.

Las básicas son:

MIEDO
SORPRESA
ASCO
IRA 
ALEGRÍA
TRISTEZA

Cada una tiene una función específica. 
Hoy quiero hablaros de la TRISTEZA


Es la respuesta natural a una pérdida o fracaso. 
La tristeza desciende los niveles de energía del cuerpo y aumenta levemente la actividad neurológica. Por eso quienes la padecen  de forma crónica siempre están cansados. 

El cuerpo nos está diciendo: descansa después de esta batalla para volver con energías renovadas. Toca cambio. Aceptación. Por ejemplo si no acepto la muerte de un ser querido me sumiré en la aflicción. CERRAR CAPÍTULOS.

La tristeza invita a la REFLEXIÓN y ENCUENTRO CON UNO MISMO, CON UNA MISMA. 

El mensaje es: REDEFINE TU VIDA

No la reprimas. Libérala.  Permítete vivir el duelo. Busca soluciones. Deja que se exprese y confía en que pasará. 

Otra de las funciones de la tristeza es la búsqueda de consuelo de los otros. El grupo tiende a arropar al eslabón débil, a quien sufre. Cuando sufrimos buscamos el apoyo de nuestro entorno. ¡Pero ojo! Debe ser un estado transitorio.


En ocasiones, no siempre de forma consciente, uno no quiere salir de su tristeza porque así capta la atención de otras personas, lo que le hace sentir importante. Genera vínculos hablando de lo que le va mal en la vida. La tristeza es un poderoso imán. 

Este comportamiento es habitual en personas con baja autoestima. 

Es importante que expresemos nuestra tristeza a personas de confianza. Imparciales. Personas que nos escuchen de verdad. 

Por el contrario, si somos de los que hablamos de forma habitual de nuestras desgracias quizás hayamos establecido relaciones con amigos que en vez de aliviar nuestra tristeza la fomentan. Es una forma de controlarnos. 


Si ya no eres la persona triste que viene a contarme problemas no vas a DEPENDER DE MI. 

La dependencia resta libertad. 




Como comenté antes la tristeza debe ser un estado transitorio, si se prolonga en el tiempo estamos hablando de un trastorno. Urge pedir ayuda profesional <psicólogo o psiquiatra> si no queremos hundirnos en un pozo de desesperación. 

La tristeza crónica se llama DISTEMIA. Se caracteriza por baja autoestima, melancolía, pesadumbre. Es un estado emocional depresivo, diferente del estado depresivo mayor con consecuencias más graves. 

Hay también trastornos de la personalidad que pueden generar o nos pueden predisponer a estas situaciones de tristeza: Trastorno límite de la personalidad, personalidad esquizotípica, personalidad evitativa, narcisistas (¡Sí como lo oyes! Los narcisistas pueden pasar de la euforia a estados depresivos transitorios que les hacen caer en barrena).

La solución en estos casos son; fármacos, psicoterapia y una gran dosis de VALENTÍA. 

Si llevas mucho tiempo lidiando con esta emoción PIDE AYUDA PROFESIONAL. No estás consiguiendo adaptarte a los cambios de la vida. 

¡¡¡NO TE ADAPTAS A TU VIDA!!!! 

Si la experimentas porque acabas de vivir una pérdida o un fracaso, piensa que es un estado natural transitorio. Pasará. Céntrate en seguir caminando, medita, sonríe <es la respuesta funcional corporal de la emoción de la alegría. Si lo haces dos minutos al día ayudas a que tu cuerpo salga de ese estado de "pena"; aceleras el proceso de recuperación> y sobre todo HAZ UN ESFUERZO POR PARARTE A OBSERVAR TODA LA BELLEZA QUE TE RODEA. 




LA VIDA ES MARAVILLOSA

















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